Michael Smith, estudiante graduado en la Universidad de Cornell que investiga el comportamiento y la evolución de las abejas, narra que una vez se le metió una abeja en los pantalones y le picó en los testículos. Fue ahí cuando nació su pasión por la investigación de este tema.
Luego de vivir esta experiencia, el universitario decidió encontrar los lugares del cuerpo donde un piquete de abeja puede causar más dolor. Es así que Michael se dio cuenta que no había antecedentes de investigación al respecto, así que sin más remedio decidió investigar y experimentar a partir de su propio cuerpo.
El método que empleo este joven de seguro no agradará a muchos. Sucede que él tomó varias abejas y presionó su aguijón contra distintas partes de su cuerpo, dejó el aguijón por un lapso de un minuto, luego evaluó el dolor en una escala del 1 al 10. Los más dolorosos estaban más cercanos al 10.
Todos los días, Smith se dejaba picar por cinco abejas, siempre antes de las 9 de la mañana, luego calibraba el dolor con una picadura extra en su antebrazo. Durante 38 días, probó el dolor en 25 partes de su cuerpo. Encontró que entre las zonas menos dolorosas son el cráneo, la parte superior del brazo y la punta del dedo medio.
Sobre las partes del cuerpo donde se sienten más dolor, esta fue la conclusión de Michael Smith:
