A raíz de una denuncia vecinal que alertaba sobre la presencia de indigentes en la cuadra 10 de la avenida Brasil, en Jesús María, un equipo de Panorama salió a las calles para retratar la vida detrás de las covachas, una dura realidad que se replica por gran parte de la ciudad.
Algunos no quisieron dar la cara ante nuestras cámaras, pero otros accedieron a conversar amablemente y hasta se animaron a contar parte de sus vidas y sus vicisitudes que los llevaron a alejarse por completo de sus familias para vivir aislados en la vía pública.
Es el caso de Carlos Sánchez Bravo, un programador de sistemas que trabajo para prestigiosas empresas, que sucumbió ante las drogas y que asegura que su familia quiso ayudarlo salir de esta adicción, pero él se resistió y ahora vive en el mundo de la indigencia.
EL CASO DE YOHAN
Algo similar sucede con Yohan, un colombiano que vive en unas ruinas de La Herradura. Llegó al Perú para trabajar como barbero, pero el vicio al alcohol y las drogas le hicieron perder el rumbo. Sin embargo, confía en regresar a su país para estar con su familia.
