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Hace 10 meses

¿Cómo repensar la democracia y los derechos humanos en América Latina? Entrevista a José Ventura, especialista peruano en gerencia política

En pleno siglo XIX, los desafíos persisten, al tiempo que las sociedades cuestionan el agotamiento de un sistema democrático cada vez menos representativo.




La democracia representativa y los derechos humanos son dos temas imprescindibles que cruzan transversalmente todos los ámbitos de la sociedad latinoamericana. Durante décadas, el patrón de democracia alentado y promovido desde las potencias occidentales, especialmente Estados Unidos, a partir de consensos mundiales alcanzados mediante acuerdos entre los países, como los logros de la Conferencia de San Francisco de 1945, pacto predecesor de la histórica Declaración de los Derechos Humanos en 1948, y que dio vida a lo que hoy conocemos como Organización de las Naciones Unidas, prevalecieron en toda América Latina.

Posteriormente, con la creación de la OEA, los países de América conformaron un espacio político con el propósito de velar además por la seguridad y desarrollo de sus miembros. Hoy, en pleno siglo XIX, los desafíos persisten, al tiempo que las sociedades cuestionan el agotamiento de un sistema democrático cada vez menos representativo. En ese contexto, la reciente Asamblea General de la OEA, celebrada en Washington hace apenas unas semanas puso sobre la mesa problemas latentes y urgentes como el manejo de las migraciones y su vulnerabilidad, la persistente discriminación que recorta las oportunidades, y la corrupción institucionalizada, que, entre otros temas importantes, conversé con el especialista peruano en gerencia política, José Ventura Egoavil, docente principal de la Universidad ESAN.

Con él intenté abordar los retos y avances de la democracia y los derechos humanos, desde una perspectiva más pragmática, que reconozca el derecho fundamental a la igualdad, pero también el derecho a ser diferentes.  A continuación, he intentado plasmar los mejores pasajes de esta entrevista que hice para CGTN en Español:

Leonid: Gracias José Ventura por aceptar esta entrevista. ¿Cómo hacemos para aterrizar la idea del fortalecimiento de una cultura de responsabilidad democrática a través de la protección, igualdad y promoción de los derechos humanos, en medio de difíciles circunstancias para la región?

José Ventura: Creo que este aterrizaje tiene dos componentes básicos para entender lo que pasa hoy en América Latina. Uno es, la alta polarización, que no necesariamente es ideológica, sino una polarización de estilos de hacer política. Y, por otro lado, existe un debate entre cuánto puede intervenir un organismo de carácter multilateral y la autonomía que tienen los países para defenderse.  En ese conflicto aparecen precisamente estos dos temas: la democracia y los derechos humanos. Y la democracia que prevaleció, vamos a decir, en estos 30 últimos años ha sido una democracia de corte liberal, una democracia que cumplió un rol clave para rescatar a muchos países de modelos dictatoriales, principalmente militares. Esto fue básicamente el periodo del 60, 70, 80. Latinoamérica vivió esa experiencia y este modelo fue útil. Pero ya se viene agotando. Esta democracia liberal, representativa, institucional, constitucional, viene perdiendo fuerza en la dinámica de la sociedad. Y van apareciendo nuevos modelos a los que yo llamo democracias más bien populares, que no son participativas necesariamente, son más bien democracias masivas, donde dicha masividad impone su rol y fuerza, colocando a un individuo que puede ser muy carismático, como su representante. Más allá de sus cualidades y cualquier elemento atractivo, estas personas se expresan justamente a partir de esta masividad.

Leonid Llanos: ¿Qué factores cuentan en el aparente agotamiento de la democracia representativa en Latinoamérica?

José Ventura: En los estudios que hemos realizado, encontramos hasta tres factores centrales. Uno es el hecho de dividir la sociedad en dos, en las élites que gozaron de los modelos de la democracia liberal y la población que no gozó de eso. Entonces, ese es un primer criterio que está muy presente en estos movimientos de estas características. La segunda es que, los modelos de corrupción que se dieron en Latinoamérica estuvieron ligados a la democracia liberal. El caso, por ejemplo, emblemático es el Perú. Casi todos los presidentes que hemos tenido en estos últimos años están en la cárcel, es una verdad innegable. Y el tercer factor, y que en Latinoamérica está creciendo cada vez más, es el hecho de que hay una comprensión de la realidad social y política marcada por teorías conspiracionistas.

Es decir, la población empieza a dudar de todo lo que dice la oficialidad. Y detrás de cada movimiento, se cree que hay alguien que debe estar moviendo los hilos. Y existe una narrativa que ha creado la gente y que se convierte casi en una teoría. Porque una teoría te permite describir, explicar y predecir. O sea, en realidad una teoría conspiracionista que te permite hacer todo eso, te permite entonces al final decir, este modelo que hemos vivido ha sido un modelo corrupto, elitista y que se ha alejado de la población.

Leonid Llanos: ¿y qué decir de los derechos humanos? ¿Están muy vinculados a esta democracia “agotada”?

José Ventura: Ese es un tema central, porque los derechos humanos, tal como los hemos conocido y tal como los defienden las instituciones, se basan en los derechos civiles y políticos, afines a este modelo de democracia liberal.

Entonces, cuando esta democracia quiere evaluar cómo funciona un país en términos de derechos humanos, lo mide en función de sus parámetros de derechos civiles y políticos. Pero la población ya no está en eso. Para la población ya no basta un derecho civil o político. Quiere derechos sociales, derechos económicos, culturales. La realidad es que soy igual a los demás, pero también tengo derecho a ser diferente a los demás. Y entonces, este conflicto que se está generando en la sociedad latinoamericana, explica la existencia de nuevos grupos y movimientos. Yo creo que es necesario repensar los conceptos de los derechos humanos, porque el derecho humano como un paradigma establecido para to

No ahora. Quizás hace 30 años sí, pero no ahora. El concepto más claro está en que somos iguales, pero también somos diferentes. O sea, hay un derecho a la igualdad, pero hay un derecho también a ser distinto. Por eso es que el peruano o el boliviano, reclaman su identidad. Este conflicto que algunos teóricos llaman entre la construcción del globalismo y el localismo, a medida que el globalismo crece, se afirman los localismos. Y en algunos casos hasta con una lógica de lenguaje propio, de religión propia.

Es sorprendente, por ejemplo, cómo está ocurriendo en las zonas rurales de Perú que las poblaciones al liberarse del modelo de la democracia liberal, también se liberan de un modelo de religión tradicional y empiezan a crear nuevos movimientos religiosos que los liberan de los modelos anteriores. Y van creando sus propios modelos sociales, que eso está bien. El tema es que ya no puedes poner un solo modelo para todos.

Leonid Llanos: El secretario general de la OEA, Luis Almagro, señaló que los consensos buscan precisamente alejarse de las posiciones polarizadas, ¿qué decir al respecto?

A ver, el panorama latinoamericano está polarizado, pero la polarización en sí no es un problema. Como repito, el hecho de que se pongan las posiciones en contra no es un problema. El problema es cuando estas posiciones polarizadas no logran tener canales de comunicación y de diálogo, de construcción, frente a problemas comunes como, por ejemplo, la migración o la delincuencia. Ahora, sí estoy de acuerdo con que los países deben tener más autonomía, porque los modelos hegemónicos ya hemos visto que son totalmente malos. Hay que aprender a entender las diferencias.

Leonid Llanos: ¿Cómo medir la vulnerabilidad de la democracia en la región?

José Ventura: Yo que hay tres temas, así como lo de democracia y derechos humanos, que son temas de discusión de este foro, están también otros tres temas que comparten casi todos los países de Latinoamérica. Uno es el tema de migración. O sea, la migración ha desbordado la capacidad de recepción de los países. Entonces, esa migración generalmente se convierte en un problema social cuando no tiene los mecanismos adecuados para recibir a los migrantes. Y quiénes son principalmente afectados, los más vulnerables, los niños. Pero, así como tenemos el problema de migración, que es compartido por todos los países, está el tema de la corrupción.

La corrupción también es un tema que ha cruzado fronteras y que está afectando directamente poblaciones vulnerables. Porque la corrupción coge recursos de justamente población que lo necesita. Y el tercer aspecto clave de todo esto es la violencia. La violencia urbana y la violencia cotidiana, que ha explotado en casi toda Latinoamérica.

Leonid Llanos: Finalmente, ¿qué avances puedes ver en la cooperación regional para abordar problemas comunes?

José Ventura:  Lo que vimos con la frontera con Perú y Chile fue interesante, mientras dichos países se endilgaban mutuamente responsabilidades, la cooperación internacional fue la primera que comenzó a actuar en favor de los migrantes. Hablamos del ACNUR, de organismos internacionales bilaterales, sociales, etc, que estuvieron presentes, pese a las condiciones de vulnerabilidad.

Leonid Llanos Villanueva, corresponsal de CGTN en Español, Lima, Perú *

*Artículo escrito sobre entrevista realizada a José Ventura, docente de la Universidad ESAN, y especialista en gerencia política por la Universidad George Washington de EE. UU.


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