En Barranca, una mujer cansada que su hijo no haga caso a la orden de inmovilización obligatoria, pidió a la policía que no lo liberen hasta el día siguiente. Las autoridades lo intervinieron junto a un grupo de jóvenes que había salido a jugar fulbito en una loza deportiva de la zona.
La mujer pidió a los agentes que lo retengan, porque ya estaba cansada de lidiar con él y que no hacía caso a sus recomendaciones.
Sin embargo, el joven lejos de estar arrepentido se mostró desafiante y dijo que no le importaba quedarse detenido.