Mañana se cumple el décimo aniversario del arribo de los primeros presos a Guantánamo, y su cierre se vislumbra lejano pese al compromiso del presidente de EE.UU., Barack Obama, aseguraron expertos y activistas.
Los presos que purgan condena en Guantánamo han sido capturados en diferentes partes del mundo desde que Estados Unidos comenzó su guerra contra el terrorismo a raíz de los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Por otro lado, Guantánamo "es la prisión más cara del planeta", toda vez que cada detenido cuesta anualmente a los contribuyentes estadounidenses un aproximado de 800.000 dólares.
El cierre definitivo de Guantánamo fue la primera promesa de Obama tras su llegada a la Casa Blanca en enero de 2009.
Solamente dos días después de ocupar el cargo, el presidente aseguró que la prisión quedaría cerrada definitivamente en el plazo de un año.
Pero hasta el momento, el presidente no ha cumplido la promesa y, además, en marzo último decretó el restablecimiento de comisiones militares para juzgar a los presos, que habían quedado suspendidas cuando prometió clausurar Guantánamo.
Para el Gobierno, el culpable de esta marcha atrás en la idea de juzgar a los detenidos en tribunales ordinarios fue el Congreso, al negarse a trasladar a los presos a territorio estadounidense.
En una década de funcionamiento de la prisión, al menos ocho reclusos han muerto en sus instalaciones, dos de ellos durante 2011, según las autoridades estadounidenses.
Pese a ello, en un comunicado difundido este lunes, el Departamento de Estado destacó que durante la gestión de Obama, se han trasladado un total de 67 detenidos, 40 de ellos a terceros países.
