El régimen sirio acusó hoy a los rebeldes de haber lanzado un proyectil con sustancias químicas en la provincia de Alepo (al norte del país), que ha causado la muerte de al menos 25 personas y heridas a otras 86.
El ministro sirio de Información, Omran al Zubi, incriminó a los gobiernos de Turquía y de Qatar de apoyar a los sediciosos y tener la "responsabilidad legal, ética, moral y humanitaria de este último crimen perpetrado por los terroristas".
Según Al Zubi, el cohete con armamento químico, que fue lanzado desde Kafr Da'el, en la ciudad de Neirab (periferia de Alepo), mató a 25 personas e hirió a otras 86, muchos de los cuales se hallan en una situación crítica.
Finalmente, el ministro de Información calificó el ataque como una "grave escalada", ya que, a su juicio, "los terroristas usaron un arma prohibida por la ley internacional".