La selección de Colombia regresaba al hotel donde está concentrada en Chile, durante la Copa América 2015. Entre los fanáticos que esperaban ver a los jugadores se destaca un niño con camiseta amarilla, quien no puede ocultar la emoción de los minutos previos a ver a sus ídolos.
Los jugadores empiezan a descender del autobús, y el pequeño llora y grita el nombre de los jugadores que descienden. Solo James hace la diferencia, se acerca al niño y le ofrece minutos que el pequeño jamás olvidará.