Desde que el hombre alzó por primera vez su mirada hacia los cielos, quedó fascinado para siempre. Y entre sus más grandes anhelos, está el conocer cuáles son los secretos que oculta la inmensidad del espacio. Se podría decir, incluso, que nuestra historia gira en torno a ese deseo.
Sin embargo, cuando hablamos de conocer los misterios que aguardan en el espacio, surge una pregunta obligatoria que, por más que intentemos responder, no satisface nuestra curiosidad. Y entonces, la repetimos una y otra vez: ¿Estamos solos en el universo?
Especulaciones sobre este tema ha habido y hay tantas que de la ciencia se corre el riesgo de pasar a la ficción y embarcarnos en provocativas fantasías. Sin embargo, parece que la espera se termina, y pronto los expertos darían el paso trascendental para responder la pregunta del millón.
En abril del 2015, los oficiales de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) en Washington, dieron la voz de alerta: el encuentro de la raza humana con formas de vida extraterrestre sería inminente.
“Creo que vamos a tener fuertes indicadores de vida más allá de la Tierra en la siguiente década y evidencia definitiva en los siguientes 10 o 20 años” señaló la jefa científica Ellen Stohan.”Sabemos dónde buscar, sabemos cómo buscar, y en la mayoría de casos tenemos la tecnología”.
Por su parte, Jeffrey Newmark, director interino de heliofísica, aseveró que “no se trata de si, se trata de cuándo’ ¿Pero cómo se verían entonces los seres extraterrestres? Tal vez la ciencia ficción nos haya acostumbrado demasiado a una imagen que poco o nada tiene que ver con la realidad.
Aunque suene decepcionante, los extraterrestres que veremos no se parecerían a los que hemos visto en las películas. “No hablamos de hombrecitos verdes. Estamos hablando de pequeños microbios”, dijo Stofan. El hallazgo de agua en lugares insospechados desencadenó el anuncio.
Los expertos recordaron estudios que descubrieron que Marte tuvo océanos, y que el agua habría estado presente en el planeta por 1.2 billones de años, tiempo suficiente para que la vida se hiciera “más compleja”. Similar situación ocurriría con Júpiter.
El telescopio Hubble dio fuertes evidencias de que la luna Ganimedes tendría un océano de agua salada bajo su superficie, situación que se repetiría en la luna Europa, así como en Encélado, satélite perteneciente a Saturno. Ellos tendrían los tres ingredientes para la vida conocida.
El próximo rover explorador será enviado a Marte en 2020 para buscar signos de vida pasa y traer muestras para su posible análisis en la Tierra. La NASA espera enviar astronautas a Marte en 2030. Una misión a Europa sería lanzada en el 2022 para comprobar si esta luna helada es habitable.
El Telescopio Espacial James Webb, por su parte, será lanzado en 2018 para llegar a las atmósferas de las ‘supertierras’ más cercanas, más allá del sistema solar.
