La salud mental durante mucho tiempo fue una preocupación subestimada en los sistemas de salud en todo el mundo, pero la pandemia de la COVID-19 puso sobre el tapete la importancia crítica de abordar los desafíos de la salud mental y la necesidad urgente de priorizarla.
El aumento en los trastornos de salud mental, se manifestaron con el confinamiento, el distanciamiento social y el miedo al contagio, generando problemas como la ansiedad y la depresión.
De igual forma la crisis económica derivada de la pandemia ha llevado a un aumento de los problemas de salud mental, a medida que las personas enfrentaban el estrés financiero, el desempleo y la incertidumbre.
En una entrevista con el psiquiatra, Dr. Carlos Bromley indicó que “El tema de la salud mental es un problema bastante serie, sin embargo, se debe destacar que el Estado desde hace 10 años viene implementando una nueva política, de manera progresiva, pero hay avances”.
“Hace 10 años las únicas opciones para atención a problemas de salud mental eran los hospitales psiquiátricos, ahora hay 248 centros comunitarios, la idea es llegar a 600, a eso se suma que hay una ley de Salud mental”.
Como se recuerda en mayo del 2019, el Gobierno promulgó la Ley N° 30947 Ley de Salud Mental con el objetivo de garantizar el acceso a los servicios, promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación, como condiciones para el pleno derecho a la salud y el bienestar de la persona, la familia y la comunidad.
“Las enfermedades mentales son un problema de salud pública en el país, por lo que hacerles frente es tarea de todos y del Estado para mejorar la salud mental en el país” agregó el especialista.
