Cuando a inicios de mayo la ola de contagios del nuevo coronavirus superaba los 3 mil contagiados y los cuerpos de los loretanos se apilaban en las morgues que ya no se daban abasto, el padre Raymond Portelli decidió no quedarse de brazos cruzados y convocó a una gran colecta pública para comprar una planta de oxígeno para la ciudad de Iquitos.
La cadena de solidaridad no cesó, sacerdotes, loretanos, peruanos, extranjeros. Todos se sumaron por un solo propósito. En menos de quince horas se logró recaudar un millón y medio de soles.
Gracias a la recaudación de la colecta, la parroquia San Martín de Porres en Iquitos también ha logrado abastecerse de medicamentos que entregan gratis a pacientes con sintomatología de la Covid-19. Aquí el padre Raymundo atiende a 50 pacientes por día.