Un grupo de conductores del Corredor Azul y Morado reclaman que desde el mes de diciembre del año pasado no les han pagado su remuneración y el 18 de enero la empresa cerró sus puertas dejando a cientos sin trabajo. Indicaron que ellos aún figuran en las planillas, aún tienen un contrato, solo para que el consorcio Expreso Próceres internacional del Corredor Morado pida un subsidio al Estado, pero en realidad ya no está operando.
Según Fernando Varela, abogado laboralista, esta situación corresponde a un “despido incausado”, cuando el trabajador es despedido por esta figura tiene derecho a ser readmitido en el empleo, además puede pedir ayuda a Sunafil para el pago de sus beneficios. Sin embargo, en la realidad esta situación no se cumple, por ello recomienda que se analice a los propietarios de los buses y se reclame por un proceso de indemnización por daños y perjuicios, el lucro cesante, es decir, lo que ellos han dejado de percibir de manera arbitraria y abusiva por una empresa.