Seis atentados fueron perpetrados en cadena por el autoproclamado Estado Islámico en diversas ciudades de Siria controladas por fuerzas de Bashar al Assad.
Producto de los estallidos alrededor de 48 personas han perdido la vida y otras decenas han resultado heridas en una sangrienta jornada. Tartús fue la urbe donde se reportaron 38 muertos, la mayor cantidad de víctimas debido a dos ataques, seguida de Al Hasaka, donde al menos ocho personas murieron en un atentado bomba con motocicleta.
En la localidad de Homs un coche bomba apagó la vida de otras ocho personas y en Damasco tres fueron las víctimas mortales, mientras que en Al Qamishli también hubo estallidos, pero no se registraron muertos ni heridos. Esta ola de explosiones fue atribuida por el grupo terrorista ISIS a través de su agencia de noticias Amaq.
