Una triste situación enfrentan muchos medianos y pequeños empresarios por el estado de aislamiento, es el caso de un criador de codornices quien se vio forzado a regalar a sus animales, ya que no tiene los recursos para alimentarlas.
Los esposos Hugo Rojas y María Soto tendrán que resignarse y perder a casi siete mil codornices que deberían vivir dos meses más. “Diez años se han ido prácticamente al tacho de la basura (…) he sacado préstamos en bancos para hacer mi casita y no sé cómo voy a pagar”, manifestó María.
Además, esta situación también ha dejado sin trabajo a 15 personas que ayudaban en la crianza de estos animales, de quienes dependían para vivir.
La propuesta de estos microempresarios es que todos estos animales que inexorablemente morir, sean repartidos entre la población más pobre como parte de un a canasta básica, para ello piden apoyo de las autoridades para que se pueda canalizar su distribución y así pedir a cambio algo de dinero para comprar alimento y continuar con la empresa.