La policía tuvo que lanzar bombas lacrimógenas para controlar a la turba. Los revoltosos voltearon un patrullero y destrozaron por completo las ventanas de la dependencia policial.
Según vecinos, los supuestos "pishtacos" fueron intervenidos cuando trataban de llevarse a dos menores de la zona, finalmente la policía logró controlar a los atacantes, para permitir la llegada del fiscal.
El violento enfrentamiento dejó un policía herido.