Decenas de artistas folklóricos viven sumergidos en la incertidumbre tras la llegada de la pandemia de la COVID-19, que les cambió la vida por completo. Antes recorrían los principales restaurantes campestres y podían tener hasta 5 presentaciones en una tarde, ahora son pocos los restaurantes que han abierto sus puertas y quienes lo han hecho se han acogido a la modalidad del delivery.
Antes de la crisis sanitaria desde los días jueves los restaurantes abrían sus puertas para recibir a decenas de familias que decidían compartir típicos potajes acompañado de buena música, sin embargo, hoy estos espacios muestran una fachada triste y desoladora.
El gremio denuncia que las autoridades se han mostrado indiferentes ante sus pedidos y no cuentan con apoyo económico para subsistir durante la emergencia sanitaria.