No hay momento sin que los delincuentes realicen sus fechorías. Los más perjudicados son los dueños de locales o negocios, pues los robos son tan frecuentes que se han visto obligados a cerrar y los pocos que aún quedan, trabajan a puerta cerrada.
Con cuchillos, pistolas, a bordo de mototaxis, motocicletas y autos, los delincuentes no dan tregua a sus víctimas. Las bodegas y tiendas de la cuadra 4 de la avenida Los Próceres en San Juan de Lurigancho, lucen cerradas, los comerciantes afirman que ya no es rentable trabajar allí.
Vecinos critican que esta situación es producto de la falta de seguridad en la zona, la ausencia de patrullaje policial y de serenos en el distrito. Por el momento, los vecinos se están organizando para instalar más cámaras de videovigilancia para al menos tener un registro de lo que ocurre.