En un hospital de Ate, Jorge Nuñez llegó con su mujer porque esta presentaba los dolores del parto. Nuñez denunció que los doctores, lejos de asistir a su pareja, no hicieron caso alguno.
En su desesperación, la gestante tuvo que bajarse el pantalón para poder alumbrar a su hija. Recién en ese momento, los doctores acudieron a asistirla. Testigos relatan que el bebé cayó al suelo.
El hospital se pronunció a través de un comunicado e indicó que se produjo un parto precipitado en la puerta de emergencia de ginecología. En el documento se explica que la recién nacida pesa 3 kilos con 200 gramos y que goza de buen estado de salud.
Las personas que presenciaron el accidentado alumbramiento se dispusieron a grabar, pero los vigilantes del lugar tuvieron una actitud agresiva y en muchas ocasiones empujaron a los testigos y los tiraban de la mano para evitar el registro.