Los residentes de las ciudades de Timaru, Ashburton y Omaru, en Nueva Zelanda, fueron sorprendidos por una tormenta de granizo. Del tamaño de una pelota de golf, los pedazos de hielo rompieron ventanas, techos, parabrisas y obligaron al cierre de negocios.
Mientras tanto, más de cien escuelas del estado de Australia Meridional, tuvieron que cerrar debido a incendios y la peor sequía en décadas que afronta la región. Según informaciones, la ola de siniestros que golpean el territorio australiano han destruido más de un millón de hectáreas y 300 viviendas.
Panorama similar es el que afronta Chile, donde al menos tres de los ochos focos de incendio forestal que azotan a Valparaíso, continúan activos.