En Brasil, las calles de Sao Paulo se vieron invadidas por la alegría, la música y el color en su carnaval, que se vio marcado por un fuerte tinte político. En el sambódromo, las escuelas dejaron atrás los juicios y se centraron en una miscelánea de relatos que fueron desde tributos a países como Perú hasta un viaje por los orígenes y riquezas de Brasil.
También enmarcado en una temática internacional, nuestro país fue la pieza central de la penúltima escuela en cruzar la avenida, la “Unidos da Vila Maria” dio una muestra de los encantos naturales y la riqueza de la cultura, culinaria e historia del Perú.
Por otro lado la ciudad de Río de Janeiro, también se cubrió un año más de color y luz a cargo de las miles de personas, que en cada edición, acuden al vecino país para disfrutar y, sobre todo, bailar al ritmo interminable que marcan los tambores de la samba. El carnaval de Río de Janeiro es conocido internacionalmente por su majestuosidad.
Durante el primer fin de semana de marzo, los brasileños derrocharon una vez más su colorida y extravagante creatividad en el Sambódromo del Marqués de Sapucaí, con capácidad para 72 mil presentes provenientes de diferentes partes del mundo. En dos noches, 14 "escolas de samba" movilizan entre 2.500 y 4.000 personas, con indumentarias y coreografías ensayadas a lo largo del año y seis gigantescos carros alegóricos.
Esta es la mayor fiesta de Brasil, que está marcada este año por reclamos de igualdad y justicia a través de las carrozas alegóricas que mostraban mensajes a favor de las minorías étnicas y la comunidad LGTBI; y señalamientos adornados con brillos y mensajes contra el lavado de dinero y la corrupción desbordada en su país.