Según un artículo de la revista “Neurology”, reducir el consumo de carne y lácteos y, por el contrario, ingerir más vegetales y alimentos ricos en ácidos grasos, favorece la memoria y reduce el riesgo de presentar demencia senil.
La investigación concluyó que quienes siguen la llamada dieta mediterránea, a base de pescado, vegetales y el aceite de oliva, entre otros, son un 19% menos propensos a desarrollar problemas relacionados con la capacidad de pensamiento y la memoria.
“Dado que no existen tratamientos definidos para la mayoría de las enfermedades relacionadas con la demencia, las actividades modificables como la dieta, que puedan demorar el inicio de los síntomas de demencia, son muy importantes”, dijo Georgios Tsivoulis, neurólogo de la Universidad de Alabama, EEUU.
Los datos expuestos en la publicación provienen del estudio “Razones para las diferencias geográficas y raciales en los episodios cardiovasculares”, en el cual participaron 30.239 personas mayores de 45 años.
