La víctima acusa a un mototaxista de nacionalidad venezolana de haberla ultrajado sexualmente. Este sujeto, con quien, además, tendría amigos en común, habría grabado el terrible hecho y lo difundió entre amigos venezolanos.
Estefanía, la joven madre ultrajada, decidió denunciar el hecho ante la policía, y se encuentra al suboficial Hans Taipe Agreda, a quien le envió capturas de pantalla de las conversaciones, fotos y el video donde se cometía el abuso, para luego enterarse que ese material circulaba en un chat para el deleite de un grupo policial.
Peor aún, se supo que la policía no remitió todas las pruebas que Estefanía les entregó al Ministerio Público, pese a que Estefanía había señalado a los dos venezolanos presuntamente implicados, sus nombres no fueron consignados a la Fiscalía.
