En los Estados Unidos, el Gobierno federal derribó en San Diego, California, los ocho prototipos del muro fronterizo que fueron inspeccionados en marzo del año pasado por el presidente del país, Donald Trump. Los ocho modelos, ubicados en la frontera con México, comenzaron a ser derrumbados por maquinaria pesada para dar espacio a la instalación de una barrera secundaria de 14 millas, entre Tijuana, Baja California (México) y San Diego, como parte de una estrategia para fortalecer la seguridad en la frontera.
Tras la edificación de los modelos, cuya construcción costó entre 300 y 500 mil dólares cada uno, se inició un periodo de análisis para comprobar su resistencia y vulnerabilidad. La intención de las autoridades estadounidenses es que los modelos fueran difíciles de escalar o de excavar por debajo, para que cumplieran su propósito de disuadir el cruce ilegal de personas.
Cabe señalar que siete de los modelos ya fueron derruidos, mientras uno se mantiene en pie.
