Los irlandeses decidieron por una amplia mayoría eliminar de su texto constitucional el delito de la blasfemia. Un 64,85% de los votantes respaldaron la decisión, frente a un 35% que se opuso. Aunque hacía ya décadas que la ley no se aplicaba, la eliminación de una disposición claramente obsoleta fue respaldada mayoritariamente en los 40 distritos electorales del país.
La apoyaron grupos políticos y religiosos, donde hay quienes consideran lo logrado en las urnas una muestra de sociedad moderna y liberal.
La constitución irlandesa establecía el pago de 25 mil euros para toda persona, cuyas palabras o acciones, eran consideradas abusivas o injuriosas con respecto a los elementos sagrados de una religión.
Cabe recordar que la última condena por blasfemia en esa nación data de 1885.