Desde Miami, Donald Trump dio marcha atrás y endureció la política de apertura con Cuba, por lo menos hasta que se cumplan una serie de pedidos: “No vamos a levantar las sanciones impuestas sobre el régimen cubano hasta que todos los prisioneros políticos sean liberados, la libertad de reunión y expresión sean respetadas (…) y estén programadas elecciones libres y supervisadas internacionalmente” indicó el mandatario.
Cabe indicar que La normalización de relaciones entre Washington y la Habana fue anunciada en diciembre de 2014 por Barack Obama y Raúl Castro, habían quedado atrás más de 50 años de ruptura. Con su nueva política, el republicano restringe parcialmente los viajes hacia la isla y veta intercambios comerciales que beneficien a empresas ligadas a las Fuerzas Armadas cubanas.
Tras la decisión tomada, el régimen de Raúl Castro, a través de un documento, aseveró que el gobierno de Trump recurre a métodos coercitivos del pasado que provoca daños y privaciones al pueblo cubano, pero pese a ello, expresó su voluntad a mantener un diálogo respetuoso