Tras casi 90 días de confinamiento obligatorio y sin todavía señales de que la propagación del virus del COVID-19 esté remitiendo, muchos ciudadanos así como también inmigrantes extranjeros que no tienen trabajo formal se han visto obligados a abandonar sus viviendas para buscar ingresos, para poder llevar un pan a sus mesas.
En las calles de Lima, ahora es muy común verlas atestadas de vendedores ambulantes con carros y bolsas donde cargan variados productos se repite desde hace dos semanas en Lima, el epicentro de la pandemia del nuevo coronavirus en nuestro país, que es el segundo país de Latinoamérica y el octavo del mundo con más casos confirmados de COVID-19, al superar los 214,000.
Pero hay que tener mucha valentía para constantemente intentar ordenar a los ambulantes, cerrar negocios que aún no tienen permiso y no sentirse mal por quitarle el trabajo a alguien que lo necesita, este es un trabajo diario que realiza fiscalización, una labor que nuestra conductora Mónica Cabrejos vivió desde adentro en el distrito de San Martín de Porres.
Un equipo de “Al Sexto Día” salió junto a los fiscalizadores para limpiar las calles y poner mano dura, un oficio que definitivamente no es para todos.