Tristeza, llanto, culpa, ideas de muerte, tensión, preocupaciones recurrentes son algunos de los síntomas del llamado Síndrome de Ulises o como algunos lo denominan el mal del migramte, mismo, que millones venezolanos padecen al verse obligados a abandonar su país.
Emigrar se ha convertido hoy en un proceso que posee unos niveles de estrés tan intensos que llegan a superar la capacidad de adaptación de los seres humanos y estas personas son las candidatas a padecer el síndrome y el conjunto de síntomas que lo conforman constituyen un terrible problema de salud mental.
Este mal ha sido materia de estudio de las más importantes universidades pues el numero de persona que la padecen han llegado a niveles alarmantes.
Este cuadro crónico, llevaba su nombre debido a la leyenda de Ulises, el mítico héroe griego quien vivió innumerables adversidades y peligros, lejos de sus seres queridos, pero ademas de la tristeza y desesperación, el síndrome del inmigrante con estrés crónico y múltiple también se caracteriza por síntomas de tensión, nerviosismo, insomnio e irritabilidad.
Irse de su país no es nada fácil, más aún cuando la única razón de la partida es escapar de la crisis y la búsqueda de nuevas oportunidades de vida.
Cabe señalar que la mayoría de migrantes no se sienten a gusto en donde se encuentran y lo peor, es que no tienen un hogar al que regresar ya que con la crisis en Venezuela al parecer va empeorando día a día.
