Nos conmocionamos, las autoridades reaccionan momentáneamente, pero la informalidad, raíz de tragedias como la vivida en Fiori, no es combatida, el peligro está latente prácticamente en todo el Perú, a vista y paciencia de las autoridades.
En el 2017, 512 personas fallecieron y 5567 quedaron heridas en accidentes de tránsito en los que participaron buses interprovinciales. Según la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutran), en Lima existen al menos 26 terminales informales, patios, garajes o simplemente locales deficientes donde de manera clandestina se embarcan pasajeros sin contar con medidas de seguridad.
Fiori es uno de ellos, hasta que en el 2018 fue clausurado, pero tal como hemos visto, continuaron operando ilegalmente. La Municipalidad de Lima realizó ayer y hoy operativos que terminaron con la clausura de 11 empresas de transporte, todas por ser calificadas de alto riesgo.
Del mismo modo, hace 24 horas la Municipalidad de San Juan de Miraflores clausuró el terminal terrestre Atocongo por no cumplir con las exigencias de seguridad, pero esta mañana el local abrió de todos modos, por lo que tuvo que ser clausurado nuevamente.
Sin embargo, la mayor concentración de empresas de transporte está en La Victoria, allí se calcula que más de 200 no cuentan con licencia de funcionamiento. La noche del lunes la Municipalidad de La Victoria llevó a cabo un operativo en el que intervino a cinco empresas de transporte.
Los especialistas coinciden en que para evitar la proliferación de estos locales informales es necesario construir terminales de gran tamaño en las entradas de Lima, como ocurre en las grandes ciudades. Sin embargo, mientras la ley se viole sin que las autoridades reaccionen y no prevengan, las clausuras no servirán de nada y será cuestión de tiempo que suceda una nueva tragedia.
