En el Perú, muchas mujeres han sido víctimas de brutales agresiones por parte de hombres y en la mayoría de casos los atacantes han sido sus propias parejas. Muchas de estos ataques han terminado con la muerte.
Este tipo de crímenes provocó la creación de la tipificación del feminicidio como delito autónomo, aunque en la actualidad muchos expertos cuestionan la necesidad de esta figura legal. Como es el caso del abogado penalista Julio Rodríguez, quien señala que “no es necesario” pues sostiene que “lo complicado es acreditar que este sujeto esta matando a esa persona por su condición de mujer”.
Casos emblemáticos como el de Arlette Contreras, en el que su agresor terminó en libertad han hecho pensar que denunciar a alguien por feminicidio no es la mejor estrategia legal para llevar a los agresores a prisión.
Sin embargo, hay quienes defienden la creación del feminicidio como delito en nuestro marco legal, asegurando que ayuda mucho en los procesos contra los agresores.
Tal y como lo señala la abogada Gina Yañez quien afirma “que el espíritu de la creación de esta figura del delito del feminicidio no conlleva a que sea más engorroso sino a que se visibilice a que en este caso (…) por el hecho de ser mujer (…) el sujeto masculino permite que se pueda agredir o hasta a matar”.
Según cifras del ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, los agresores solo han sido detenidos en el 50% de los casos de feminicidios y de los 82 casos de tentativas se detuvo al 30% de los autores de este delito.
