La Carretera Central no es una vía cualquiera, al contrario es una de las más importantes, ya que une a la Costa, Sierra y Selva; sin embargo, termina siendo una de las más peligrosas tanto para los conductores como para los pasajeros básicamente por tres razones.
En principio, en esta vía que fue construída hace más de setenta años para soportar un máximo de cuatro mil vehículos diariamente, hoy en día transitan siete mil y 20 mil durante feriados largos, lo que genera una sobrecarga en el lugar y varios accidentes de tránsito.
A este calvario se suma otro factor: el bloqueo de la Carretera Central. Debido a las intensas lluvias y huaycos, en lo que va del año, la vía se cerró en al menos cinco ocasiones, lo que produjo no solo caos vehicular sino pérdida económica, pues según Adex, por cada día que la Carretera se bloquee, el Perú deja de exportar seis millones de dólares.
Además de los dos factores mencionados, la vía no cuenta con una fiscalización adecuada, como el caso de las mototaxis, ya que pese a que la circulación de estas pequeñas unidades es prohibida, ellas continúan transitando.
Es evidente que los problemas no terminarán mientras no se tome medidas severas e inteligentes.
