Una vez más el cerro San Cristóbal fue escenario de tradición y peregrinaje. Como cada Viernes Santo, miles de fieles recorrieron cuatro kilómetros hasta llegar a la cima, donde se encuentra una monumental cruz de más de 90 años.
Con canticos y oraciones los fieles se detuvieron en las 14 estaciones para recordar cada pasaje de la pasión de Cristo. Ni el intenso calor, el cansancio, ni la enfermedad fueron impedimento para que estas personas lleguen a la cima como muestra de fe.
Pese a las recomendaciones y al peligro, muchas personas recorrieron el cerro San Cristóbal con niños pequeños. Para garantizar la seguridad de los fieles, se desplegó ambulancias, socorristas, policías, serenos y personal de defensa civil.