Agentes de la Unidad de Desactivación de Explosivos (UDEX) hicieron estallar una granada que fue abandonada dentro de una vivienda en el Cercado de Lima. El artefacto habría sido dejado por delincuentes con el propósito de amedrentar a la propietaria.
Con mucho cuidado y ante la tensa mirada de los vecinos, el material explosivo fue neutralizado por los agentes, quienes lo colocaron dentro de unas llantas para evitar que la explosión sea de gran tamaño.
Las primeras investigaciones arrojaron que la dueña del inmueble, Olga Sánchez Lagos, habría estado recibiendo llamadas de parte de extorsionadores que la amenazaban con hacerle daño a su sobrino que se encuentra en el extranjero.