Masacre en Sudáfrica. Ocho leones de un criadero, ubicado en la ciudad de Rustenburg, fueron envenenados. Asimismo, los autores de este caso les mutilaron sus hocicos y patas.
Según el dueño de este lugar, los criminales burlaron dos vallas y un muro de ladrillos de 2,4 metros de altura, donde arrojaron carne de pollo con alguna sustancia venenosa.
Aunque todavía se desconocen las causas de esta masacre, las autoridades no descartan que los asesinos hayan realizado esto para elaborar pociones de brujería, pues según la creencia, tanto las garras como los dientes del animal pueden hacer que los seres humanos sean más ágiles y fuertes.
