Las autoridades fronterizas repelieron el intento de unos 500 inmigrantes centroamericanos que intentaron cruzar hacia Estados Unidos, lanzando gases lacrimógenos.
Si bien en un primer momento había iniciado una marcha pacífica contra la espera para iniciar la solicitud de asilo, un grupo en su desesperación trató de ingresar violentamente a territorio estadounidense, lo que posteriormente generó el descontrol en la zona.
Por su parte, el presidente Donald Trump, justificó el uso de gases lacrimógenos debido a un presunto hostigamiento. Finalmente el mandatario anunció la posibilidad de cerrar permanentemente la frontera en caso persista en caos en la zona.
