Miles de funcionarios públicos tomaron nuevamente las calles de Chile, en busca de un reajuste salarial que aún no se ha concretado, luego de casi cuatro semanas de huelga que han causado varios problemas en los servicios estatales como la acumulación de basura.
La protesta se llevó a cabo de manera pacífica pero, al término, la policía utilizó carros lanza aguas para esparcir a la multitud que bloqueaba el tránsito vehicular, hecho que provocó el enojo de los manifestantes.
Los funcionarios rechazan el reajuste salarial del 3.2% que propone el gobierno de Michelle Bachelet y piden que se les aumente hasta el 4%, una cifra tres puntos porcentuales inferior a la que exigían inicialmente.
