Raquel Santos perdió la vida tras sufrir un paro cardiorrespiratorio durante una intervención estética para corregir las arrugas faciales.
Las autoridades investigan si en la cirugía se utilizó una sustancia ilegal conocida como Ponetay, la misma que se inyecta a los caballos para aumentar su rendimiento.
La modelo, finalista de un actual concurso en Brasil, era madre de dos pequeños. Su familia asegura que le aterraba la idea de morir durante una cirugía pero su obsesión por la belleza pudo más.